El holocausto
no sólo se debe tratar desde una perspectiva cuantitativa y
macro acerca de la magnitud de la tragedia y del número
de víctimas, sino que también
se debe mostrar, adoptando una visión micro, los testimonios concretos de
los afectados, sus vidas particulares, sus relaciones sociales, el impacto
psicológico, vital y existencial producido en aquellos que
sobrevivieron. Así, si bien es necesario enseñar
el fenómeno en su contexto y desarrollo histórico-social (qué fue
y cómo se va fraguando históricamente),
no debemos olvidar que la conciencia moral se activa desde la empatía con el otro que resulta afectado. Es por ello que creemos
que la combinación de estas dos perspectivas resulta esencial y da la
oportunidad de ver en los perseguidos no una masa de víctimas sin rostro sino individuos humanos.
Así, no sólo debemos enseñar qué es el holocausto, cómo
se produjo, sus antecedentes y consecuencias históricas,
en resumen, abordar el fenómeno de un modo científico,
sino también estudiar los testimonios de los supervivientes, las
vivencias escritas o narradas en cualquier formato por aquellos que lo
sufrieron y no sobrevivieron, cómo eran las vidas de las víctimas antes del holocausto, etc. A su vez, será interesante conocer los personajes
históricos, políticos, culturales, etc relacionados
con este fenómeno, el papel y responsabilidad que tuvieron en él y los motivos o razones que le llevaron a defender una u
otra postura. No debemos olvidar que tratar el holocausto en las aulas debe
servir para concienciar y educar en valores y por ello es imprescindible
abordar un enfoque más humano y no tan estadístico
como nos encontramos en algunas ocasiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario